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lunes

EL ABORTO EN PRIMERA PERSONA

Los comentarios de Marijo y Almudena en el post anterior y uno personal de mi marido, me han hecho retomar de nuevo el tema del aborto para contar mi experiencia, pues no es lo mismo hablar en general, que en primera persona, es cierto que cuando te toca pasar por ello piensas que no le pasa a casi nadie y no es menos cierto, que te sientes muy sola aunque no lo estés.

La primera vez que pasé por ello, como decía Almudena, creí morir, llevaba dos años buscando con ilusión quedarme embarazada y cuando por fin llega el ansiado positivo a las pocas semanas todo se trunca. Pasas de la euforia a la tristeza en tan poco tiempo que se te hace un mundo. Tuve la mala suerte de empezar a manchar estando un fin de semana en la playa y aunque pasé 24 horas en reposo absoluto aquello iba a más. Recuerdo aquel viaje Mazarrón-Madrid como el peor de mi vida, notaba como la vida que acababa de empezar a crecer en mi interior se iba yendo poco a poco. Al principio no entiendes de abortos pero sabes que las cosas no van bien, manchaba demasiado y cada parada que hicimos aquel viaje para poder ir al baño era un peldaño que bajaba. Llegamos a la clínica de madrugada y aunque sabía lo que iba a oír, una pequeña esperanza quería buscar sitio en mi cabeza pero no, ya no había latido.

Me citaron a primera hora para hacerme un legrado y aunque intentan ponerte en una habitación alejada de las recién estrenadas mamás, es inevitable no oír el llanto de los bebés, ver las flores en la puerta... y se hace muy cuesta arriba. Luego llega el tener que dar la noticia a la inversa a la familia, amigos, compañeros de trabajo y es muy duro recordar una y otra vez lo que acabas de pasar. Como decía Almudena te sientes muy sola, mi marido me lo decía, yo estoy triste pero no me puedo ni imaginar por lo que tú estás pasando, pues aunque la pareja lo sufre también, es solo psicológicamente, físicamente solo lo sufres tú. Todo el mundo intenta animarte y decirte que lo vas a conseguir, que le pasa a mucha gente, que no pasa nada.....pero en ese momentos tú no ves más allá,  estás metida en tu dolor y necesitas hacer tu duelo.

Recuerdo cuando fui a mi médico de cabecera a por la baja, fue el único que me dijo lo que necesitaba oír, sentí que me entendía. "Vaya faena, con lo que te ha costado y ahora esto, llora, grita saca lo que tienes dentro".

Estaba harta del "no pasa nada", si si pasa, he perdido al bebé que llevaba tanto tiempo buscando! y eso es lo que necesito ahora mismo, llorar! Aquel día me desahogué de lo lindo y me vino genial porque fue el principio del fin, a partir de ahí comencé a sentirme mucho mejor.

A los 5 meses y tras someterme a un tratamiento, llegó de nuevo el positivo y justo al día siguiente de hacerme el test comenzaba a manchar de nuevo, y de nuevo, casualidades de la vida, me pasaba en la playa, pero en esta ocasión tuve la suerte de ir a dar con una ginecóloga de urgencias en un hospital de Murcia, que me hizo ver la luz y donde podía estar mi problema, y no se equivocó. No sé, si el no tener que pasar por el legrado ésta vez y quizás el haberlo vivido ya, me hizo llevarlo mejor, eso si, la idea de que no vas a poder ser madre no se te quita de la cabeza hasta el mismo instante que te ponen a tu bebé en brazos por primera vez.

Dos meses después y tras reforzar el tratamiento, me volví a quedar embarazada y en esta ocasión y nueve meses después nació mi primera hija, nueve meses en los que es inevitable no pensar en que puede volver a pasar y cada vez que vas al baño miras tu ropa interior con auténtico terror (ese sentimiento sólo lo sabe la que lo ha vivido) con tan mala suerte que también manché, aunque sólo fue de implantación. Es inevitable, te obsesionas, no lo comentas con nadie, ni siquiera con tu pareja pues piensas que no te van a entender pero en cuanto notas algo más de flujo piensas que has manchado y esos minutos hasta que llegas al baño y compruebas que solo es flujo es un auténtico calvario.

Pero como siempre pasa en esta vida hay experiencias mucho más duras que la tuya que te hacen sentirte afortunada. El mismo día que me programaron la cesárea para que naciera mi hijo, coincidí con una chica en los paritorios que no paraba de llorar, estaba de 9 meses y en una de las últimas revisiones esa misma mañana, le habían dicho que el bebé no tenía latido, se me heló el corazón cuando me lo contaron al pedirme permiso para pasarla a ella primero, y casualmente estuvo ingresada en la habitación de al lado.

En estos 15 meses que tiene Bruno me he acordado muchas veces de aquella chica, compartimos una fecha... pero que distinto sentimiento, por eso me gusta pensar que ya ha sido mamá. Para ella este post.

8 comentarios:

  1. Marta, muy emocionante. Me imagino que no te habrá sido fácil escribirlo, pero seguro que es de ayuda.

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  2. Gracias Marta por describir tan bien ese cúmulo de sensaciones y sentimientos, subscribo palabra por palabra tu relato.

    Sigue emocionándome oir tu experiencia y pensar en la mía. Es cierto que lo único que desahoga un poquito es llorar y dejarlo salir aunque por mucho que lo haga sigue doliendo cuando pienso en ello. Hoy, mi último bebé habría hecho 3 semanas ... un beso para él/ella

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  3. Marta yo también suscribo cada una de tus palabras, he sentido como si hubiera escrito yo muchas de las cosas que has contado, los mismos sentimientos, los mismos miedos, esa sensación de que hasta que no tengas tu bebé en brazos no vas a estar 100% tranquila de que todo ha ido bien. Esa mezcla de sentimientos durante el embarazo de la alegría inmensa y el temor a que cualquier día pase algo otra vez..

    Yo cuando me pasó antes del embarazo de Sergio pensé que no había perdido un bebé, no había perdido un hijo, es que ese hijo vendría mas tarde, estaba segura de que tenía que venir mas tarde, yo no perdí un bebé aquel día, solo que mi bebé esperó a nacer mejor en Julio del 2007, por algo sería ¿no?

    Un beso.

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  4. Marta, tengo un peque 14 meses (uno menos que Bruno), y aunque por suerte para mí no puedo entender lo que has vivido ya que no he pasado por ello, sí es cierto que a nosotros nos costó mucho esfuerzo y muchas lágrimas, ya que después de intentarlo, después de tratamientos, después de tres inseminaciones artificiales, tuvo que llegar la fecundación in-vitro para que hoy podamos tener a nuestro canijo. Lo cierto es que de los dos que me implantaron sólo se quedó Óscar, pero lo vives de otra forma. Por lo que la sensación desear tener un hijo, y no conseguirlo, esa sí la conozco.

    Creo que eres muy valiente escribiendo sobre ello.

    Saludos,

    Olga

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  5. Marta, precioso este post, escrito desde el corazón. Me encanta, sigue escribiendo así porque nos enseñas muchísimo, y creo que puede ser una gran ayuda. Mil gracias!

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  6. Marta, tu experiencia contada en primera persona es muy impactante! Creo que haces bien en contarla porque puede ayudar a mucha gente que está pasando por lo mismo que tú. Y estoy de acuerdo contigo cuando dices que la mayoría de la gente no lo entiende; creo que así es con muchas experiencias que tenemos, sólo nos entiende de verdad la gente ha vivido lo mismo que tú.
    Me encanta tu blog!
    Besos!

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  7. MI DOLOR ES IGUAL COMO TU LO EXPLICAS
    TENGO UNOS DIAS QUE ME HICIERON UN LEGRADO
    DE VERDAD QUE CUANDO PASAN LOS DIAS ME RESIGNO
    PERO PIENSO QUE ESTO ASI COMO FUE DE RAPIDO ME LLEGARA DE NUEVO LA ESPERANZA DE TENER OTRO EMBARAZO POR DENTRO TENDRE ESE DOLOR PERO DIOS ME ESTA DANDO LA RESIGNACION Y SIENTO QUE EL PROXIMO SI SERA MI GRAN ILUSION GRACIAS TUS PALABRAS ME AYUDAN A SER MAS Y MAS FUERTE

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  8. Estoy releyendo el post porque una compañera y amiga está en una fase angustiosa: en la eco de las 12 semanas, la del pliegue nucal, le han detectado malformación y varias cosas más. Es inevitable el aborto porque es inviable el feto. Si no ocurre de manera expontanea, imagino qu etendrán que provocarselo y mientras, le piden que "aguante" 2 semanas hasta la amnio para ver exactamente cual es el problema de cara a futuros embarazos. Obviamente está destrozada y no sé como dirigirme a ella sin molestarla. No puedo imaginar su dolor, si el mio es inmenso y no soy ella.

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