EL LADO AMARGO DE SER PADRE

Siento ponerme seria otra vez, y más que seria, triste. Llevo toda la semana un poco ploff, y yo que soy positiva por naturaleza, cuando tengo uno de estos días siempre le echo la culpa a las hormonas, porque la tengan o no, son unas puñeteras que provocan que además de estar ploff te pases en día llorando cual Heidi. No sabes cómo empiezas pero es imposible parar.

En la última semana me han impresionado varias noticias relacionadas con niños. Y es que cuando eres madre, es cierto que lo primero que te dice todo el mundo, y lo primero que compruebas nada más convertirte en mamá, es que tu escala de valores cambia. Cambia y mucho, pero lo que más me ha cambiado a mi, es que me he vuelto muy vulnerable con las malas noticias donde el protagonista es un niño, lo llevo fatal, no puedo, algo se me desgarra por dentro, y me paso varios días dándole vueltas.

Todo empezó cuando una amiga me contaba hace unos días que un compañero de trabajo había perdido a su sobrino de 6 años, se acostó y ya no se levantó. Me afectó mucho, es irremediable pensar que te puede tocar y la sola idea provoca que se te parta el corazón, por no hablar de cómo empatizas con esos padres y te unes sin conocerlos a su dolor. El sábado por twitter me enteraba del accidente de coche de la hija de Toni Cantó. Me quedé impactada, y no he parado de darle vueltas, ya no solo a la muerte de esa joven y su novio sino por la cantidad de chavales que cada fin de semana pierden la vida en la carretera. Cuánto dolor, cuántas familias rotas. Y a los dos días escuché horrorizada en el telediario como un conductor despistado había acabado con la vida de un niño de 2 años mientras cruzaba un paso de cebra con su abuelo. Tremendo. Para colmo, la madre, que ese día se incorporaba al trabajo tras su baja maternal, iba detrás con su otro hijo de 8 meses y lo vio todo.

Ojalá nunca tengamos que pasar por nada similar, no puedo llegarme a imaginar lo que se tiene que sentir. Perder a un hijo tiene que ser lo peor que te puede pasar en la vida.

Cuando te conviertes en madre, valoras más la vida y cuando te enteras de casos como estos te das cuenta de que esa vida se puede acabar de un plumazo, por eso tenemos que vivirla a tope y darle importancia a las cosas que realmente la tienen.


Quiero terminar con un rayo de esperanza. Después de tanta mala noticia, llegó el contrapunto y casualmente anoche escuchando la radio, entrevistaron a Javier Uriarte, el padre de Ibai, un pequeño luchador de 4 años, al que le han hecho cuatro trasplantes hace poco más de un mes. Fue conmovedor escuchar los agradecimientos de ese padre hacia esa familia portuguesa, que tras perder a su hijo tuvo el gran gesto de donar los órganos. La muerte de un pequeño le daba la vida a otro. Así es la vida. Todo tiene un lado positivo, a veces no lo vemos y sin darnos cuenta la vida nos lo muestra.

"Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas" Rabindranath Tagore